Capitulo 1: La Guía para Instructores
Cuando decidí ponerme manos a la obra de escribir estos artículos, lo primero que pensé es que podría ayudar a todos aquellos que desearan ser instructores de Krav Maga, basándome en mis estudios, conocimientos y sobre todo, experiencia en este campo.
Soy un Instructor que ha pasado por la fase de ser un Monitor de una actividad en un gimnasio a propietario de mi propio centro de Enseñanza, con todas las ventajas y desventajas que en ocasiones, puede acarrear tomar la decisión de emprender la aventura, no solo de enseñar sino también, de convertirme en un Maestro-Empresario.
Creo sinceramente que estos artículos van a resolver vuestras dudas e inquietudes a la hora de ponerte en marcha como Instructor. Hay una frase que la llevo siempre en mente «Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida». Pues desde aquí estimado lector, te enseñaré a enseñar, para que puedas disfrutar el resto de tu vida trabajando en lo que te gusta.
Según el Diccionario de la RAE (Real Academia Española):
alumno, na. (Del lat. alumnus, de alĕre, alimentar).Discípulo, respecto de su maestro, de la materia que está aprendiendo o de la escuela, colegio o universidad donde estudia.
cliente. (Del lat. cliens, -entis).Persona que utiliza con asiduidad los servicios de un profesional o empresa.
Como veis, ambos conceptos son diferentes. Como Maestros de artes marciales, la sola idea de considerar clientes a nuestros alumnos, horroriza a muchos, pero sinceramente, no es algo que dependa de vosotros. En estos casos, son los alumnos los que marcan esa diferencia entre alumno ó cliente. Tenemos claro que una Escuela de Artes Marciales NO es un gimnasio comercial. En ocasiones, ofreceremos las clases en el interior de un gimnasio por los beneficios logísticos y técnicos que ello nos aporta, y por la imposibilidad material de disponer de un centro propio al estilo tradicional. Pero ahí acaba toda similitud.
El cliente de un gimnasio realizo un pago, según tenga convenido con el centro, y obtiene a cambio el derecho a utilizar las instalaciones según los servicios que haya abonado previamente. En las clases dirigidas, el cliente paga para poder asistir a las sesiones de una disciplina, que son impartidas por un profesor especializado en la misma, y que tienen una duración determinada. Esta disciplina puede ser desde un arte marcial a una clase de gimnasia o una disciplina aérobica, spinning, etc.
El cliente no está obligado a nada más que a comportarse con la debida educación y respeto y seguir la clase como tenga a bien hacerlo. El profesor tiene la obligación de dirigir la clase y de guiar a los asistentes a la misma de la mejor manera posible, corrigiendo cuando sea oportuno y poco más. Una vez acabada la clase, la relación ha acabado hasta la siguiente clase.
Se trata de una mera transacción comercial. El cliente, recordemos paga para que le den una clase, la realiza y se marcha. Volverá a requerir los servicios, cuando le apetezca, puede ser a la siguiente clase o dentro de un mes. El decide. Paga por ello y obtiene lo que quiere. La relación con su profesor no va mucho más allá, no pasa en muchos casos del mero saludo, alguna frase cordial, los comentarios propios de los ejercicios que se realizan y poco más.
Sinceramente, después de todos estos años, me he dado cuenta, que los “Clientes” vienen y van, no son constantes, es raro verles más de dos o tres meses seguidos entrenando En cambio, los alumnos, aquellos que se involucran, que se implican, que participan activamente, que tiene una actitud de compromiso con el Krav Maga, compromiso con su Escuela de Artes Marciales, compromiso con sus compañeros, y por supuesto compromiso con su maestro, son los que van a perdurar toda la vida, y a ellos son los que debes dedicar mucho más tiempo y atención.
Está claro que el “alumno-cliente” es el que ayuda a mantener tu Escuela, ya que su aportación económica hace que tu centro pueda subsistir y mantenerse y que los verdaderos “alumnos” puedan seguir entrenando, pero en cambio los “alumnos” más fieles obtendrán de ti ayuda en su crecimiento marcial, y también porque no, en ocasiones consejo fuera del ámbito marcial si ellos lo desean y es posible. Dicen que la experiencia es un grado, y es verdad. Los clientes en cambio obtienen aquello por lo que pagan. Ni más, ni menos.
Nos vemos en el próximo Artículo…. «Gestión del Centro»
Os animo a participar en los comentarios para cualquier duda o debate que pueda surgir acerca de estos temas…