El Sabbath
El Sabbath es el día de la semana tradicionalmente dedicado al descanso, la oración y el estudio. Puesto que para el cálculo judío el día comienza y acaba al atardecer, el Sabbath empieza en la puesta del sol del viernes y finaliza al anochecer del sábado. Este espacio de tiempo sagrado es acotado simbólicamente del resto terrenal de la semana mediante el encendido de velas tanto al principio como al final. La víspera del Sabbath las familias preparan un guiso tradicional, la adafina o hamin, que es mantenido caliente sobre un rescoldo de brasas para ser consumido durante la fiesta.
Por la mañana del Sabbath se acude a la sinagoga para leer la parashah, la parte de la Torá asignada a esa semana, así como de un pasaje complementario de los textos proféticos.
El Sabbath surgió originalmente como un día de descanso de cada siete, siguiendo el ejemplo de Dios, que reposó un día tras la creación del mundo. Para la Torá el descanso del Sabbath es un precepto de obligado cumplimiento. Sólo la oración y el reposo está permitidos, existiendo una lista de época talmúdica con 39 actividades prohibidas, derivadas de la lista de las actividades realizadas durante la construcción del Templo de Jerusalén.
Aunque la interpretación de estas prescripciones ha sido frecuente motivo de disputa, en términos generales se prohíbe trabajar, tocar dinero, hacer fuego, cocinar o curar una herida. Asunto de especial atención por parte de los fariseos, discutían incluso sobre si podía ser ingerido el huevo de una gallina puesto en sábado.